Una vez acabadas las fiestas navideñas toca mirar atrás y analizar todo lo vivido. Si nos paramos a pensar, el sentimiento navideño se pierde año tras año y sólo los más pequeños viven las navidades de ensueño. El consumismo y el marcado ritmo de vida hacen que los ciudadanos pasemos por encima de los acontecimientos sin reparar en ellos, aun así, todavía nos quedan días como la nochebuena, la navidad o el día y la noche de de reyes, que todavía persisten gracias a la publicidad.
El consumismo se ha apoderado del espíritu navideño, pero no es sino gracias a la publicidad que los valores y sentimientos de estas fechas renacen cada año en todos nosotros. Todos los años vemos en televisión aspectos reflejados com el amor, la amistad, el reencuentro... ¿quién no se ha sentido identificado alguna vez con cada uno de ellos? La sociedad evoluciona y la publicidad, también, todos sabemos que, si no fuera por esa publicidad que emociona, aquella que apela directamente a los sentimientos de cada una de las personas, estas fechas habrían perdido desde hace años el sentido que todavía conservan. Gracias a esta herramienta de comunicación se ha logrado crear el concepto de esta fiesta hasta convertirse en una costumbre.
La publicidad nos recuerda cada año qué es la navidad y cómo vivirla de la mejor manera posible. Emocionar es importante, saber cómo y cuándo hacerlo todavía más.
Patricia Sendra
Comparte la noticia